Conferencia a cargo del Dr. Alex Berg, Director Ejecutivo de la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la Universidad de Concepción, dio inicio a la instancia, que busca intercambiar experiencias.
Hoy, más allá de formar personas, investigar y contribuir al conocimiento, y divulgar tareas enfocadas en otras áreas, como la cultura, las universidades han sumado una cuarta misión: contribuir al desarrollo del entorno, fundamentalmente el de tipo tecnológico. “Nuestras investigaciones no solo deben quedarse en la biblioteca ni ser publicadas en revistas de alto impacto, sino también debieran –parcialmente al menos- ser la base para nuevas soluciones tecnológicas que se puedan aplicar al sector productivo”, sentencia el Dr. Alex Berg, Director Ejecutivo de la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la Universidad de Concepción.
Para el experto, se trata de una cadena que contribuye a un mejor estándar de vida de la población. “Es simple decirlo, pero muy complicado llevarlo a la práctica: se requieren mecanismos y hay una serie de temas que no están resueltos a nivel nacional ni local, por lo tanto, tampoco en las universidades. Por ello, al interior de ellas, nos estamos preguntando cómo mejorar esta situación y poder tener estructuras que propendan e impulsen el conocimiento como solucionador de problemas sociales. Es lo que denominamos innovación”, afirma.
Intercambiar experiencias que puedan ayudar a dilucidar las claves de cómo proceder, es precisamente uno de los objetivos del Ciclo de Charlas sobre Innovación con base en Ciencia, que la Dirección General de Investigación, Innovación y Postgrado de la Universidad Técnica Federico Santa María inauguró precisamente con el Dr. Berg como primer invitado. “Para esto no existen soluciones mágicas. Básicamente hay que saber qué han hecho otros y conocer las experiencias positivas y negativas, para poder encontrar un camino propio, que sea posible de implementar”, manifiesta el académico.
Un contexto perfectible
Silvio Olivieri, Director Ejecutivo del Programa de Mejoramiento Institucional (PMI) de la Dirección General de Investigación, Innovación y Postgrado de la USM, explica que la idea de esta instancia es analizar varios aspectos. “Por ejemplo, cómo la innovación y lo académico van absolutamente de la mano, y cuál es la valorización de la innovación dentro de la carrera académica de la Universidad, lo cual nos permitiría fortalecer nuestras capacidades en esa área”, explica.
El ciclo también busca nutrirse con invitados que tengan una visión sobre cómo mejorar, por ejemplo, la relación Universidad-industria, por lo cual también estarán presentes representantes del mundo empresarial que ya tengan experiencias positivas con la Universidad, y otros que posean un alto conocimiento de la coyuntura nacional e internacional, y cómo se da la innovación en ese contexto, indica Olivieri.
La presencia del Dr. Berg, en ese sentido, no fue antojadiza: fue uno de los fundadores de la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la UdeC hace 20 años, la cual pasó de contar con tres integrantes a ser un equipo de 150 personas y hoy, en sus palabras, está tratando de “resolver cómo lograr que nuestros resultados, que son bastante exitosos, puedan tener un impacto medible, que dé cuenta de este esfuerzo que es de largo plazo. Si ello no ocurre, significa que sencillamente no funcionó”.
El científico se muestra crítico, asimismo, con la actual situación que atraviesa un organismo como la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) y, en general, la ciencia y tecnología en Chile. “Un tema es la inversión: solo aportamos un 0,4% del PIB en innovación, cuando el promedio de la OCDE supera el 2%”, critica, centrándose entonces en la reciente y controversial renuncia de Francisco Brieba a la presidencia de la entidad.

A su juicio, “dejó al descubierto que esto es un problema estructural: CONICYT no está inserta en el aparato estatal, es una comisión sin una importancia relativa en el Ministerio. De hecho, en entrevistas él declaró que en su año de gestión nunca tuvo una reunión con el Ministro(a) de Educación. Es inconcebible y un síntoma de todo lo que menciono”.
En esa dirección, aclara que “no se trata de reivindicaciones, el punto no es cómo el país nos ayuda a nosotros los científicos, sino cómo modificamos nuestro modelo de desarrollo, que hoy está basado en producir barato a buena calidad; es decir, competimos por costos en los mercados mundiales. Hay que pasar a una era de la valoración del conocimiento, compitiendo porque introducimos inteligencia y valor a nuestros productos, ese es el norte y para ello es indispensable que tengamos un buen nivel científico-tecnológico, que pase efectivamente al sector productivo”, puntualiza.